El papel transformador de la Justicia Social
Históricamente, la lucha contra la injusticia social ha sido un tema persistente debido a las repercusiones que influyen en nuestra sociedad.
Desde las teorías del Darwinismo social, hasta la perspectiva socialista de la teoría del capitalismo de Marx, se ha considerado que el sistema económico global, que impera en la actualidad, es el principal catalizador de la pobreza y la desigualdad en las sociedades contemporáneas. Este sistema ha propiciado una división de las sociedades en clases antagónicas, caracterizadas por la confrontación entre una clase dominante y una clase oprimida.
Las disparidades raciales en la sociedad durante siglos se han traducido en una contienda por la superioridad. Ejemplos notables incluyen la historia de los afroamericanos en Estados Unidos, marcada por la esclavitud y la segregación racial hasta mediados del siglo XX. De manera similar, durante el Holocausto, los nazis promovieron la supremacía de una raza superior, perpetrando atrocidades contra el pueblo judío. Asimismo, en América Latina, los niveles de exclusión han representado en muchos casos un obstáculo para el progreso, limitando así las oportunidades.
Discriminación de género y educación
El déficit en la educación, que restringe las expectativas de vida, a menudo coloca la equidad como un objetivo inalcanzable, generando ciclos de pobreza interminables debido a la falta de oportunidades de superación. En un mundo donde prevalece la ley del más fuerte, este desequilibrio educativo no solo limita el desarrollo individual, sino que también perpetúa las diferencias sociales y económicas.
Efectos de la justicia social
Al reconocer que las desigualdades no son solo resultado de elecciones individuales, sino también de estructuras injustas, la justicia social, como columna de una sociedad equitativa, promueve la igualdad de derechos y el acceso justo a los recursos fundamentales para el desarrollo individual y colectivo.
Lisandro Macarulla T.