En los últimos 25 años de mi vida, durante la primera semana del año medito profundamente sobre los aspectos más relevantes que pueden afectar a nuestro país y, consecuentemente, a mis negocios. Me enfoco en temas sociopolíticos y económicos, usando como insumos los informes de los organismos multilaterales, centros de pensamientos, de economistas, entre otros.
Este año, estos insumos han estado matizados por el pesimismo, y con razón. La guerra de Ucrania y Rusia, el Covid, la inflación, la alta tasa de interés, los precios de los combustibles, la posibilidad de que se origine una recesión económica, etc., son elementos suficientes para justificar esos vaticinios.
Cuando en mi análisis aterrizo en la República Dominicana y observó el escenario local sin obviar la realidad internacional, tiendo al optimismo, sustentado básicamente en lo que han sido los resultados de la gestión del Estado en estos dos años y el escenario geopolítico regional. No dejo de reconocer que los desafíos son importantes y para muestra basta observar la rigidez inflacionaria, la disminución en el crecimiento de sectores con gran impacto en el empleo, como la industria de la construcción; el deficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, etc. No obstante, entiendo que los niveles de reservas internacionales, el crecimiento proyectado para el Producto Interno Bruto (PIB) local, los upgrades de las calificadoras de riesgos, la responsabilidad del manejo fiscal y monetario, el crecimiento del turismo, entre otros, son elementos que, junto al panorama político regional, favorecen a la nación dominicana.
El hecho de que la mayoría de los gobiernos de la región sean de izquierda, la ubicación geográfica, las leyes de incentivos para la inversión privada, la situación geopolítica, los proyectos de desarrollo regionales (Manzanillo, Pedernales, etc.), le dan a nuestro país una ventaja competitiva para captar capitales. Otro aspecto político que nos favorece, es la aprobación con que cuentan el presidente de la República, Luis Abinader y su gestión, mientras que, ningún otro líder político local de relevancia produce incertidumbre en los sectores generadores de valor en la sociedad.
Observado esto, depende de nosotros capitalizar las oportunidades, sin dejar de lado la adversa realidad mundial. En otras palabras, se debe gestionar con inteligencia, sentido de oportunidad, transparencia y entrega al bienestar del país, elementos que han caracterizado los primeros dos años del Gobierno actual. De ahí mi optimismo.
Sin desperdicios.
Defitivamente ERES ya consulta obligada para tener en pocas lineas un analisis objetivo, realista y ponderada de no solo Rep Dom si no de mundo