Los resultados de la primera vuelta electoral en Brasil han reflejado no tan solo una polarización en cuanto a intención de votos, sino lo dividida que está la sociedad para definir la renovación de su liderazgo político, un proceso que se prolonga hasta el próximo 30 de octubre, fecha pautada para la celebración del balotaje.
Indiscutiblemente, el nuevo mando político brasileño tendrá desafíos importantes en los principales ámbitos de interés nacional, que deberá afrontar de inmediato, para llevar tranquilidad y sosiego a un país lleno de incertidumbre y tensión social, a propósito del escenario electoral y como está repercutiendo internamente.
En tal sentido, el nuevo Presidente de la República Federativa de Brasil encontrará un panorama parcialmente favorable desde el punto de vista macroeconómico, pues el país empieza a dar visos de una recuperación moderada de la actividad económica, matizada por el aumento en los precios de los commodities en los mercados internacionales, a raíz de las medidas proteccionistas que han tomado muchas naciones que producen un volumen importante de materias primas, producto de la incertidumbre que se cierne sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Para la calificadora de riesgos Moddy´s, Brasil es el país que está mejor posicionado en la región para aprovechar los precios altos, porque tiene una gran producción de gas natural y petróleo, que además está en auge; a la vez que exporta mucha soja, hierro y maíz.
Sin embargo, la población brasileña se ve afectada por la inestabilidad de la tasa del dólar, a raíz de la indefinición del escenario político electoral; y una gran inflación, por el aumento en los precios de los alimentos, la energía (el gas) y el alquiler de las viviendas, que consumen el presupuesto de las familias de clase media-baja y baja, que ante la situación de crisis se perfilan como los estratos sociales más vulnerables.
A lo anterior se suma la tasa de paro, que aunque ha caído a su nivel más bajo desde 2015, estimándose en 9.1 %, todavía hay 9,9 millones de brasileños desempleados, de acuerdo al Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
Se estima en millones, las familias que están experimentando algún tipo de inseguridad alimentaria, disparando los indicadores que miden la desigualdad social, pese a que el Gobierno ha ampliado los programas sociales desde mediados de julio de este 2022, tratando con ello de impactar favorablemente a más familias, a portandole más recursos.
Desde el contexto de la seguridad pública, es bien conocida la gran incidencia de la delincuencia organizada en las favelas, donde en su momento han impuesto el terror con los enfrentamientos armados por el control de ciertas áreas y con las autoridades, en su intento por neutralizarlas.
Y aunque es difícil controlar el accionar de estas organizaciones criminales, que tienen un radio de acción bastante amplio, las autoridades brasileñas han logrado reducir la tasa de homicidios desde 2021, ubicándose actualmente en 18,5 por cada 100.000 habitantes, en contraste con la tasa de 30,3 muertes por cada 100.000 habitantes de periodos anteriores, según estadísticas oficiales. Estas muertes están estrechamente relacionadas con el crimen, la violencia y la delictividad.
Una problemática que está creando bastante preocupación en las autoridades de los organismos de seguridad brasileños, es el contrabando de armas y municiones desde Uruguay y Argentina, pues gran parte de estos dispositivos están destinados a las organizaciones criminales, lo que se traduce en más violencia callejera y con ello el posible repunte de la tasa de homicidios.
Como se aprecia, Brasil vive un momento complejo, no solo desde el punto de vista político, sino también en los ámbitos socioeconómico y la seguridad, con los que tendrá que lidiar el Gobierno entrante que asuma los destinos de una nación de grandes riquezas, pero con una permeada desigualdad. Los resultados de una segunda vuelta de las elecciones, que se estará celebrando el próximo domingo 30 de octubre, serán determinantes en cuanto a una posible transformación del panorama social y económico de Brasil.