El escenario internacional se perfila un tanto convulso, a raíz de las situaciones de difícil manejo por la que atraviesan muchas naciones, que ponen en riesgo su estabilidad.
En el caso de Reino Unido, es un país sinónimo de tradición, planificación, estabilidad, conservadurismo, democracia y buena gobernanza, aspectos que le han permitido afrontar con relativo éxito las turbulencias políticas y económicas por las que atraviesa, como resultado de un programa fiscal que trató de implementar la exprimera ministra, Liz Truss, quien tuvo en contra a importantes sectores organizados, con tan solo 44 días en funciones. Su salida del domicilio número 10 de Downing Street era inminente, aunque había logrado postergarla por un breve espacio de tiempo.
Si bien el detonante de la crisis fue el fallido minipresupuesto diseñado por la gestión de Liz Truss, los antecedentes se remontan a las repercusiones geopolíticas y económicas de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, con lo que se rompió lo que puede definirse como el statu quo en materia de libre circulación de trabajadores, capitales, servicios y diversos productos. El país no ha logrado adaptarse a este cambio drástico, un proceso que puede tardar mucho más, si continúa por la senda de la improvisación y la inestabilidad política.
El nuevo primer ministro, Rishi Sunak, tiene como reto recomponer al país en los ámbitos político y económico: en cuanto al primero, dependerá de como el funcionario logre gestionar la situación de su crisis imperante, llevando la estabilidad que requiere la nación, además de perfilarse como ente de equilibro dentro del Partido Conservador, cuya unidad interna se ha visto alterada por la forma de conducirse, así como por las dimisiones de un excéntrico e irreverente Boris Johnson y una improvisada Liz Truss; y en relación al segundo, reduciendo la depreciación de la Libra Esterlina frente a otras monedas, además de frenar los efectos de la pandemia del Covid-19 y la crisis energética derivada del conflicto ruso-ucraniano, que tienen amplias y negativas repercusiones sociales, pues los británicos están comprando el gas más caro y ha incrementado la tarifa de la luz.
La asunción al poder de un primer ministro como Rishi Sunak es un hito dentro de Reino Unido, porque al margen de sus relaciones con la élite económica y social, el funcionario viene de una minoría étnica, lo cual podría reflejar el inicio de un cambio gradual del conservadurismo imperante en dicho país, situación coyuntural que coincide con el inicio del reinado de Carlos III, quien debe desarrollar y afianzar un liderazgo propio para garantizar la estabibilidad, la democracia y la tradición monárquica tan arraigada en los británicos.