La República de Chile atraviesa por momentos trascendentales en sus principales ámbitos de interés y desarrollo nacional, sobresaliendo el andamiaje y los resultados de las elecciones de consejeros constitucionales celebradas el domingo 7 de mayo, donde fueron escogidos los 50 miembros del Consejo Constitucional que deberá concluir la redacción de la nueva Carta Magna, que ya cuenta con un borrador.
Los resultados arrojaron lecturas importantes, entre ellas: el espacio que viene ganando la oposición política y lo rezagado del liderazgo del presidente Gabriel Boric, a pesar de la plataforma política de izquierda que logró aglutinar en pos de un mejor posicionamiento electoral en el marco de este proceso, tratando de sobreponerse a la derrota del plebiscito constitucional de septiembre de 2022, mediante el cual un 62 % de la población votó en contra de la nueva Constitución promovida por el mandatario y su gestión.
La ultraderecha gana terreno
Llama la atención en el marco de este nuevo proceso, el terreno que va logrando el ultraderechista Partido Republicano de Chile y su líder, José Antonio Kast, quienes lograron el 35.41 % de las votaciones, asegurando una representación de 23 miembros. Esta organización política, que fue sola a las elecciones de consejeros constitucionales, está a favor de la permanencia de la actual Constitución, que es vista como eminentemente pinochetista, siendo esta una corriente que defiende el citado dirigente, quien cabe recordar, quedó en segundo lugar en el balotaje de los comicios presidenciales de 2021, donde obtuvo un importante caudal de votos, específicamente 44.13 %, frente al éxito electoral de Boric, quien logró 55.87 %.
En ese tenor, la oficialista plataforma de izquierda Unidad para Chile, encabezada por el mandatario Boric, logró en las elecciones de consejeros constitucionales el 28.59 % y con ello 16 miembros. El gobernante se percibió menos activo que la vez anterior, tratando con ello de no perfilarse tendencioso, para evitar las acusaciones de otrora, en el sentido de que había intentado incidir directamente en los resultados. Por último, la coalición Chile Seguro, alcanzó una votación de un 21.07 %, para asegurar 11 miembros.
El proceso eleccionario se realizó en momentos en que la desaprobación del dignatario Gabriel Boric ronda el 70 %, de acuerdo a la última medición presentada por la encuesta de Plaza Pública Cadem, que semanalmente hace trabajos de campo para medir la popularidad del jefe de Estado.
Atrás han quedado los amplios niveles de aceptación que le permitieron a Boric y su plataforma “Convergencia Social” alzarse con el 55.87 % de las votaciones, convirtiéndose de paso en un referente, por ser el Presidente más joven en la historia de su país y de ideología izquierdista, contrario a los partidos tradicionales de centro-derecha y de centro-izquierda que gobernaron desde 1990. Su llegada al Palacio de La Moneda fue el reflejó del cambio político generacional e ideológico demandado en las protestas de 2019, lideradas sobre todo por los segmentos más jóvenes y liberales que él supo encarnar, porque venía del movimiento estudiantil que en 2011 reclamó en las calles educación gratuita y de calidad.
La amplia desaprobación de Boric tiene su origen en los problemas de inflación e inseguridad que enfrenta el país, sin dejar de mencionar el desgaste de su figura en el marco del ejercicio del poder y de un proceso constituyente complejo, además de las controversias en las que se ha mencionado. Como se aprecia, Chile enfrenta grandes retos y desafíos, demandando de la entereza y el consenso de su liderazgo político para mantener la estabilidad en una nación de ideología muy variada, donde de manera equilibrada coexisten corrientes liberales y conservadoras.