La crisis en Cuba 2024 se caracteriza por un régimen que, a pesar de sus 65 años de existencia, continúa sobreviviendo mediante tácticas de represión, alianzas estratégicas con países como Rusia, China y Venezuela, y una inteligencia rudimentaria pero efectiva. Aun así, la situación actual del país caribeño es crítica, marcada por una severa crisis económica, social y migratoria que agrava las condiciones de vida de la población cubana.
La mayor de las Antillas del Caribe viene arrastrando una crisis económica de amplias dimensiones que traen a la memoria colectiva recuerdos tristes del pasado reciente, por el hambre, la miseria y la degradación de las condiciones de vida durante el denominado periodo especial que comenzó en 1991 con el colapso de la Unión Soviética, que la había respaldado para subsistir del embargo estadounidense, el cual ha tenido diferentes etapas, en las que se han alternado el endurecimiento y la flexibilización de las medidas, conforme a la dinámica de las relaciones entre los presidentes de turno de los dos países vecinos.
La escasez de productos esenciales y la crisis eléctrica
En esta ocasión y separando el contexto geopolítico, las similitudes de la crisis de antaño y la del presente se visualizan en la escasez de los productos de primera necesidad subvencionados y el encarecimiento de los que están en el “sector del comercio privado”, así como el colapso del servicio eléctrico a nivel nacional, generando un apagón de tres días que por igual interrumpió el suministro de agua, logrando alterar el ánimo de una población que salió a manifestarse en las calles.
El epicentro de esta crisis eléctrica se identifica en una rotura en la termoeléctrica Antonio Guiteras, una de la más grande del país, localizada en la ciudad capital de La Habana. Esta requiere de una gran inversión, porque desde hace tiempo solo se está reparando ese tipo de infraestructura, sin que se haya hecho inversión de capital.
La falta de recursos ha imposibilitado que el régimen pueda importar a tiempo materias primas para producir alimentos industrializados y combustible para la generación eléctrica, como plasma el portal virtual Infobae, en un trabajo titulado “En Cuba hay hambre de muchas cosas”: la dramática crisis que atraviesa la isla en medio de la escasez de alimentos subvencionados, con fecha del 21 de septiembre de 2024.
A este panorama se suman los embates de una situación climatológica adversa, por las lluvias que generó el huracán Milton hace unos días y las que ha provocado actualmente la tormenta tropical Oscar sobre todo en las provincias orientales, añadiéndose el intenso calor, que se unen al drama social imperante.
El impacto de la migración cubana en 2024
Estos factores han dinamizado la migración cubana hacia Estados Unidos, en un periplo que inicia en Nicaragua, aprovechando la condición de libre visado, hasta llegar a México. El impacto de este éxodo se puede encontrar en el trabajo “De 11 millones de habitantes a poco más de 8,5: el saldo real de la crisis migratoria en Cuba”, publicado en el portal virtual El País, el 23 de julio de 2024.
A lo anterior se suma otro dato interesante aportado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de Cuba, de que el principal reto que tiene el país en el ámbito demográfico es el envejecimiento de su población, que inicia un tránsito a lo que se conoce como “economía envejecida”, realidad que tiene un alto saldo en atención sanitaria, seguridad y asistencia social.
La crisis en Cuba 2024 continúa agudizándose sin soluciones visibles por parte del Gobierno, que sigue culpando a factores externos. La narrativa desgastada y la falta de propuestas efectivas han convertido la migración en la única opción para muchos cubanos, quienes buscan escapar de un entorno económico, social y político deteriorado.