El pasado primero de abril se cumplieron los primeros 100 días del retorno de Luiz Inácio Lula da Silva a la Presidencia de Brasil, período que resulta oportuno para observar y analizar desde sus diferentes aristas, con el fin de considerar el devenir de los ámbitos estratégicos del gigante sudamericano.
Polarización en Brasil
Desde el punto de vista político, trasciende la persistencia de la polarización en la sociedad brasileña, pues el mandatario Lula cuenta con una aceptación de un 38 % y una tasa de desaprobación de un 29 %, de acuerdo a una encuesta del instituto Datafolha. El bolsonarismo se mantiene latente, en espacios de poder como las Fuerzas Armadas, por lo cual el presidente cambió el comando del Ejército y la escolta presidencial, además de apoderarse de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN, por sus siglas en portugués), logrando el control de las labores de inteligencia y por tanto de informaciones privilegiadas que le permitirían actuar con anticipación para neutralizar riesgos y amenazas.
Lula tiene minoría en el Congreso
Lula enfrenta la limitante del Congreso, donde el bolsonarista Partido Liberal (PL) tiene mayoría en ambas cámaras. Esto ha dificultado el avance de los proyectos sociales, cuyos presupuestos requieren aprobación legislativa, y que son parte de su promesa de campaña, aunque a pesar de todo logró relanzar “Bolsa Familia”, que da subsidio a 21 millones de hogares.
El dignatario también ha tenido desavenencias con el Banco Central, al que pidió la reducción de la tasa de interés, que se ubica en 13.75 %, acusándolo de boicotear las estimaciones de crecimiento del país. La inflación desaceleró en los últimos meses, cerrando marzo con 0,71 %, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), aunque economistas consultados opinan que todavía es prematuro considerar que la citada entidad, que aborda de manera autónoma la política monetaria, pondere bajar la tasa de interés, porque tiene repercusiones mediáticas el discurso de que la economía está estancada.
Por otro lado, en estos tres meses la Administración del Partido de los Trabajadores (PT) trabajó en la inclusión de segmentos vulnerables, como los afrodescendientes y los indígenas, además de abordar el tema medioambiental, recuperando zonas protegidas del Amazonas que eran explotadas.
Primeros 100 días han mostrado los retos de Lula
Asimismo, cabe mencionar que Lula ha realizado esfuerzos en afianzar sus relaciones internacionales, al viajar en sus primeros 100 días de gobierno a Argentina, Estados Unidos, China y Portugal. No obstante, se ha generado una importante preocupación e interés a los analistas geopolíticos a nivel general, producto del afianzamiento de su relación con China, su principal socio comercial; y sus posturas favorables y controversiales hacia Rusia en el contexto de la guerra con Ucrania; así como también el permiso que le fue otorgado a dos buques iraníes para que atracaran en un puerto brasileño a principios de marzo, provocando críticas de Estados Unidos e Israel.
Respecto al exmandatario Jair Bolsonaro, es poco lo trascendido desde su regreso de Estados Unidos, aunque la Policía Federal de Brasil lo convocó a declarar este próximo miércoles 26 de abril, sobre los eventos golpistas de principio de año.
Los primeros cien días del Gobierno de Lula han servido como una muestra de los principales retos políticos que estará enfrentando durante su mandato a nivel nacional, y los aprestos que deberá realizar a nivel político para poder ejecutar sus promesas de campaña. Respecto a las relaciones internacionales, estos cien días han puesto a Brasil en un punto de observación para toda la comunidad internacional de cara a una cooperación político-estratégica con China.