Se ve una luz al final del camino tras el ofrecimiento de Kenia en liderar una fuerza internacional que ayudará a pacificar a Haití y llevar un poco de sosiego a su población.
No obstante, falta superar la aprobación del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y completar otros procesos constitucionales kenianos.
La misión no se llevará a cabo bajo la bandera de la ONU, lo que implica que será una operación internacional independiente, pero el Secretario General, António Guterres, insta al Consejo de Seguridad a respaldarla.
La iniciativa estará liderada por Kenia y contará con el apoyo de otros países, como Estados Unidos, que ya dio su visto bueno, aunque no ha dejado claro si el respaldo será económico o con efectivos.
El objetivo primordial de esta posible intervención es ayudar a restablecer el orden y la seguridad en el país caribeño, azotado por la delincuencia organizada, que ha disparado los niveles de violencia y criminalidad, repercutiendo negativamente en el desarrollo de las actividades cotidianas y en la tranquilidad de un pueblo que lidia con la miseria extrema.
Se espera que esta intervención mitigue la crisis humanitaria, mejorando las condiciones de seguridad pública, lo que facilitaría, entre otras cosas, el retorno seguro de los desplazados a sus hogares y reduciría la migración ilegal de ciudadanos haitianos hacia otras naciones.