En el caso particular de Chile, donde existe un histórico enfrentamiento entre la derecha conservadora y la izquierda, el movimiento social reivindicativo adquirió una importante dirección política, gracias al declive que viene experimentando el modelo neoliberal, en una crisis hegemónica que ha afectado a dicho país, considerado una de las 10 naciones más neoliberales que existen.
El movimiento de izquierda chileno compactado supo aprovechar esta brecha para crear las condiciones sociopolíticas que le permitieron alcanzar el poder tan anhelado, sustentándose en la construcción de una importante crisis de confianza y descrédito que logró establecer alrededor de las fuerzas políticas conservadoras de derecha, lo que electoralmente facilitó el triunfo resonante de Grabiel Boric.
Sin embargo, para el mandatario más joven de la región, las condiciones para establecer unos niveles de gobernabilidad deseados no han sido favorables. La popularidad con la que ascendió al poder se ha ido derrumbando, debido a los efectos internos de un contexto económico internacional nada favorable junto a la incertidumbre y la desconfianza que generan en la sociedad chilena y los sectores económicos, las inclinaciones ideológicas del dignatario y las decisiones políticas que de estas se pueden derivar.
Esta eventual crisis de confianza puede agravarse más aún, hasta afectar la inversión extranjera, en la medida en que su gestión se comporte errática y plagada de improvisaciones.
I. EL INCREMENTO DE LA DELINCUENCIA Y SU IMPACTO EN LA SOCIEDAD CHILENA.
Chile está atravesando por una inusitada escalada delincuencial, que asombra por el gran nivel operacional con el que se desarrollan los actos delictivos, a tal punto que, diversos sectores de la sociedad han pedido al Gobierno la declaratoria de un estado de emergencia focalizado en la región norte del país, donde se encuentran las minas de cobre más grandes del mundo.
La vital y estratégica industria minera ha pedido a la Administración de Boric que intervenga a través de las fuerzas de seguridad pública, para detener estas actividades delictivas que están afectando el desarrollo de las operaciones mineras en la amplia y despoblada región norte del país, que está enclavada en el desierto de Atacama, el más árido del mundo.
La escalada de las bandas armadas ha llegado al punto de asaltar trenes cargados de cátodos de cobre, al igual que camiones transportadores de dicho mineral, e inclusive perpetraron un robo de 500 onzas de oro, equivalente a un millón de dólares.
La situación se ha convertido en un importante desafío para un presidente Boric de ideología izquierdista, bastante acostumbrado a criticar el proceder de las Fuerzas Armadas y los Carabineros. Por los antecedes de su pasado, el mandatario ha evitado los contratiempos y malos entendidos con los institutos castrenses y policiales, pues sabe que se necesita dichas estructuras para enfrentar este abierto desafío de las bandas delincuenciales y así llevar la calma y el sosiego tanto a la población, como a los importantes sectores productivos del país.
Debido a tales circunstancias, el Gobierno ha lanzado un plan para aumentar la presencia y la vigilancia policial a nivel de las ciudades y la región norte del país. Esta preocupante actividad criminal que afecta las operaciones mineras, mantiene ocupadas a las autoridades de la Policía de Investigaciones (PDI), la cual no deja de mostrar su asombro por el alto nivel de profesionalización y destreza operacional que demuestran estas bandas delincuenciales.
II. PANORAMA ECONÓMICO CHILENO: UN DEMANDANTE DESAFÍO PARA EL GOBIERNO DEL PRESIDENTE GABRIEL BORIC.
El panorama económico chileno muestra ciertos signos de preocupación, que muchos analistas económicos lo vinculan con una tendencia a la desaceleración económica que precede de una importante recuperación experimentada el pasado 2021, tras los periodos de mayor impacto de la pandemia del Covid-19.
De cara al primer semestre de 2022, los diversos indicadores económicos apuntaban a una disminución en la dinámica transaccional, operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés), así como una actividad comercial más conservadora y expectante.
Las operaciones económicas están marcadas por la incertidumbre que genera el proceso constituyente previsto para el 4 de septiembre del año en curso (pliego de reformas constitucionales prometidas durante la campaña electoral del presidente Boric), una devaluación del peso frente a monedas extranjeras, entre otras causas, además de un menor valor en los precios internacionales del cobre (principal fuente de divisas) y una alta inflación de aproximadamente el 12.5 % interanual.
De acuerdo al último reporte semestral para Chile emitido por la plataforma tecnológica-financiera Transactional Track Record (TTR), hasta el mes de agosto de este 2022, en el país se han registrado 137 operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A), por un total de US$6,853 millones aproximadamente, lo que es un 20 % menos que el mismo periodo de 2021. Los sectores que mayor interés han propiciado son la banca de inversión e Internet, software y servicios de IT (hacen referencia a todos aquellos relacionados con la Tecnología de la Información enfocados en solucionar las necesidades empresariales, de acuerdo a la página virtual winecta.com). Mientras que, unas 6 operaciones de private equity (capital privado) han generado unos US$704 millones, representando una disminución de un 25 % respecto al 2021 (fuente Banco Central de Chile).
Los analistas proyectan que, a pesar de este panorama incierto, el interés de los inversionistas internacionales se mantiene para adquirir empresas o activos nacionales, debido a que el Gobierno, conocedor de una ideología de izquierda, ha sido bastante cauto en las actuales circunstancias por las que atraviesa la economía mundial, no obstante, es evidente que la incertidumbre ha provocado que los inversionistas locales muestren una clara tendencia a vender activos no esenciales y desprenderse del control de empresas chilenas, decisiones que han sido de atractivo a los mercados internacionales y pronostican oportunidades para la entrada de capital extranjero.
Otro tema que tiene mucha atención para la segunda mitad de 2022, es la proyectada reforma tributaria y como la misma impactará sobre el mercado transaccional chileno y el interés de los inversionistas extranjeros. Este proyecto de reforma tributaria se encuentra en sus fases iniciales de trámites legislativos, con discusiones de carácter técnico en las que el Gobierno tiene gran interés, pues persigue con tal reforma los ingresos por alrededor de un 4 % del Producto Interno Bruto (PIB).
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, se ha adelantado para llevar la calma a los sectores sociales y económicos, señalando que el objetivo es aumentar las recaudaciones, pero dando viabilidad a largo plazo a un nuevo sistema impositivo que no afecte la competitividad y proteja a los segmentos sociales en sus diferentes niveles.
III. EL IMPACTO SOCIAL DE LA INFLACIÓN.
Otra situación que genera incertidumbre en medio del panorama económico actual, es que los precios de la canasta básica de alimentos se han disparado de manera sostenida, alcanzando una variación (histórica) del 20.6 % en 12 meses.
Los pronósticos sobre este indicador proyectan que continuará al alza, propiciando un aumento en la línea de pobreza que ya supera los US$540 mensuales para un hogar de 4 personas, siendo todas las estadísticas registradas por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, por lo que los efectos sobre la economía familiar son importantes.
La lectura social del anterior panorama, es que la población continuará sufriendo el impacto de las alzas de los precios, siendo un 4 factor que tendría repercusiones en la popularidad del presidente Boric y su Gobierno, por lo que gestionan el incremento de los ingresos por la vía impositiva, ya que las actuales circunstancias económicas le niegan la posibilidad de emprender iniciativas que vayan en favor de la mejoría de la calidad de vida de la población.
Otras proyecciones que realiza el Banco Central de Chile apuntan a que la inflación llegará este año al 8.9 %, siendo el crecimiento de 1.5 %, y el próximo 2023, de tan solo el 0.4 %.
IV. GOBERNABILIDAD EN TIEMPOS DE CRISIS.
Muchos analistas políticos y sociólogos chilenos consideran que la multiplicidad de retos y desafíos que enfrenta el Gobierno de Boris continuarán mermando sus niveles de popularidad, pudiendo inclusive sobrevenir algunos periodos de turbulencia social, que advierten bastante dificultad para ser enfrentados por la llamada “nueva generación de izquierda chilena”, la cual no cuenta con la experiencia de Estado necesaria para estos momentos tan cruciales. En otras palabras, la retórica y los discursos de barricada han quedado atrás, para encontrarse con la amarga e impactante realidad.
En medio de este panorama económico, el presidente Boric está promoviendo (principal oferta de campaña) un proceso constituyente sin precedentes, al cual su Gobierno está apostando, sustentándose en el conglomerado de fuerzas sociales y políticas (liberales) que lo llevaron al poder, sin embargo, analistas consideran que dicho proceso no deja de crear suspicacia y ciertos temores, por lo ambicioso que estos lo perciben, pues se está trabajando contra el reloj y en medio de una gran crisis económica de importante impacto social, para introducir cambios profundos en el entramado constitucional vigente, y por tanto, en las instituciones.
Los ejes fundamentales de este proceso de reforma son: la creación de un Estado plurinacional, regiones autónomas y justicia indígena paralela, siendo esta una iniciativa en que las fuerzas vivas que apoyan a Boric se están empeñando a fondo, pues con ello persiguen obtener gran vigencia política y social, similar a la alcanzada por sectores liberales de izquierda, tanto en Perú como en Bolivia.
Mientras que los críticos de Boric advierten que su Gobierno podría transitar por un proyecto lleno de espejismo y de utopías que vienen del pasado. En tal sentido, para Arturo Fontaine, novelista y profesor universitario:
“El Presidente fue elegido para un mundo que ya no existe” y explica que “Ahora la gente está desesperada por el precio del aceite, la bencina y todo lo demás. Cada vez más inquieta la violencia de los delincuentes en los barrios, la quema de camiones y maquinaria forestal por grupos terroristas en La Araucanía, en el sur y la migración irregular desde Bolivia en el norte”.
De su lado, las encuestas refieren que la desaprobación del dignatario BORIC supera su aprobación por entre el 18 y el 19 %. Otro reto para el mandatario es que, producto de medidas impopulares, fragmentó el conglomerado social y político que lo sustenta, generando por tanto disidencias y aspiraciones políticas internas debilitantes.
El profesor Fontaine señala como un punto luminoso para el Gobierno, la figura del ministro de Hacienda, Mario Marcel, el cual es muy respetado y cuenta con experiencia de Estado (fue Director del Banco Central de Chile y Director de Presupuesto en el Gobierno del presidente Ricardo Lagos). El perfil de Marcel es el de un servidor público sobrio, preciso y formal, según Fontaine, muy distante del comportamiento desordenado y a veces anarquista con los que se presentan los dirigentes del Frente Amplio que apoyan a Boric.
Según otros analistas, Marcel se constituye en una pieza fundamental de interlocución entre el Gobierno y los importantes sectores de poder económico del país.
