Las elecciones en Pakistán, una nación estratégica en la geopolítica asiática, se desarrollan en un momento de extrema complejidad, en medio de una aguda crisis política, judicial, económica y de seguridad, por el aumento del terrorismo, que marca uno de los períodos más intensos de la última década. La fragilidad de los gobiernos y el control del ejército han llevado al país a una encrucijada difícil de superar. Ante la posible ausencia de elecciones libres de injerencias externas, la crisis política podría prolongarse indefinidamente.
En víspera de los actuales comicios ya se han registrado actos terroristas cerca de las sedes de los candidatos electorales, con un saldo de al menos 26 víctimas fatales. Estos sucesos se suman al clima de violencia y agitación política que ha prevalecido, reflejado en la represión contra el partido encabezado por el exprimer ministro Imran Khan, que a pesar de haber ganado las elecciones en 2018, fue destituido de su cargo tras una votación de censura en la Asamblea Nacional.
Importancia de Pakistán en la geopolítica mundial
Hablando en retrospectiva, tanto Pakistán como Afganistán fueron establecidos sin tener en cuenta plenamente las complejidades étnicas de sus poblaciones. Ambos países han experimentado una historia marcada por conflictos y una falta de estabilidad interna, exacerbada por diferencias políticas, religiosas y culturales. Pakistán, en particular, tiene retos adicionales al posicionarse como una nación en medio de una potencia regional como India y un Estado dividido como Afganistán, además de su cercanía geográfica con Irán.
La hostilidad entre Irán y Pakistán se atribuye principalmente a sus estratégicas posiciones y extensos intereses en el Golfo Pérsico y Asia Meridional. La disputa por el control de rutas comerciales, la explotación de recursos naturales y la influencia en Afganistán, son factores determinantes que alimentan los conflictos entre estos dos países.
Las elecciones en Pakistán afectan todo su panorama, puesto a que una parte considerable de la economía de Pakistán se apoya en el sector agrícola, el cual ha mostrado cierta evolución en los últimos años gracias a su asociación comercial con China. Al unirse a la iniciativa de la Franja y la Ruta; su enfoque principal ahora radica en establecer el Corredor Económico China-Pakistán, destinado a conectar el puerto de Gwadar en el suroeste de Pakistán con la región autónoma de Xinjiang. Este proyecto es respaldado estratégicamente por China, que busca con la “Ruta de la Seda”, un acceso más eficiente al Océano Índico y una posición privilegiada para influir en el Golfo Pérsico, Medio Oriente, África y Asia central.
Vale destacar que el Golfo Pérsico, en particular, por su producción de hidrocarburos, gas natural y petróleo crudo, representa una región de enorme valor estratégico a nivel global. Esta importancia energética genera tensiones constantes, conflictos y una gran cantidad de intereses geopolíticos tanto de los países de la zona como de otras naciones que buscan asegurar su acceso a estos recursos.
Tensión entre Pakistan e India
Inicialmente, India y Pakistán, tras dividirse como dos países soberanos en el 1947, buscaron demostrar su preeminencia como países independientes y establecer control sobre la región. La rivalidad económica, de recursos naturales y geopolítica, junto con tensiones religiosas, ha desatado un conflicto persistente.
Siendo ambos países de los más poblados del mundo y armamentistas nucleares, la frontera entre ambos es una zona conflictiva que afecta no solo la estabilidad regional, sino también proyectos económicos de desarrollo en Asia.
Desencanto electoral
El pueblo de pakistaní ha expresado su escepticismo respecto a la transparencia de las elecciones de Pakistán, lo cual refleja los desafíos en el proceso de democratización del país. Lamentablemente, Pakistán se enfrenta a retos que es poco probable que encuentren soluciones rápidas, mientras la comunidad internacional observa con atención los intereses que este país representa.
Conclusión elecciones en Pakistán
Las elecciones en Pakistán no son solo un evento político interno; son un eslabón importante en la cadena de la geopolítica asiática y mundial. La situación actual, marcada por la violencia, la inestabilidad política y la profunda crisis que atraviesa el país, tiene implicaciones que van más allá de sus fronteras. Este escenario complejo, agravado por los recientes actos terroristas en vísperas de las elecciones y la represión política, subraya la urgencia de una transición hacia la estabilidad y la democracia.
La agenda electoral de 2024 debe considerar las elecciones en Pakistán como un evento de significativa importancia. El resultado de estas elecciones y el proceso hacia su realización tienen el potencial de determinar no solo el futuro de Pakistán sino también el equilibrio de poder en Asia y, en cierta medida, en el mundo.
